Participar en una guerra es algo que, en muchas ocasiones, no se elige. Uno puede estar realizando el servicio militar, sin pensar que le puede ser asignado tomar parte en un proceso bélico para defender los intereses de su país. También es verdad que muchos soldados se alistan con ese objetivo de defender su patria, incluso, en los conflictos más duros. Sin embargo, lo que está claro es que, haya sido como haya sido, uno no se da cuenta de lo que supone estar en una guerra hasta que se encuentra combatiendo en la misma y regresa. Duros enfrentamientos que, posteriormente, no son fáciles de gestionar. Las consecuencias de una guerra para un soldado pueden llegar a ser muy graves.
Descubre las consecuencias de una guerra para un soldado
- Estrés postraumático: Desde luego, entre las consecuencias de una guerra para un soldado, esta es una de las más relevantes y de las que más daños generan. El combatiente ha vivido enfrentamientos muy duros y crueles y ha visualizado escenas tremendas, las cuales nunca se van a ir de su memoria. Matar puede parecer fácil, pero nadie está preparado para hacerlo y eso es algo que se paga con el tiempo. Este tipo de estrés se manifiesta de diversas maneras, pero lo más normal es tener flashbacks continuos sobre lo que más le ha aterrorizado durante el conflicto. Aparecen los miedos constantes, los ataques de pánico y la sensación de estar vigilando de forma continua todo lo que sucede a su alrededor. Es más, hay quienes llegan a perder la confianza en aquellas personas más cercanas, incluso en familiares, amigos o pareja.
- Insomnio: Va un poco relacionado con lo que te hemos contado en el punto anterior. Los miedos y los recuerdos de lo que ha vivido sobre el terreno hacen que sea muy complicado lograr tener un sueño profundo. Son muchos los que después de luchar en una guerra no consiguen volver a ser ellos mismos, tampoco a la hora de descansar. También hay que dejar claro que no dormir bien puede tener que ver directamente con los pensamientos relacionados con lo que ha hecho en el proceso bélico o con lo que ha vivido. Es difícil volver a actuar normal, cuando has visto a compañeros y amigos fallecer delante de ti. Todo eso ronda en una cabeza que no deja de dar vueltas. Por otro lado, algunos llegan a un punto en el que no se quieren dormir, porque sienten inseguridad de que les pueda pasar algo. Un descuido en una guerra se paga muy caro.
- Malos hábitos: Muchos soldados ven que no son capaces de volver a su mejor versión y no logran reintegrarse en la sociedad. Cuando todo esto se acumula, lo quieren tapar de cualquier manera y algunas de ellas son profundamente autodestructivas. Estamos hablando de las adicciones. Si alguna vez has escuchado eso de que se bebe para olvidar, en este caso está en lo cierto. Son demasiados los que terminan ahogando sus penas en el alcohol, destrozando su vida por completo y, lo que es peor, también la de sus seres queridos. Otros, desgraciadamente, también intentan salir de la realidad a través del consumo de drogas. Como te puedes imaginar, esto nunca les va a llevar a nada bueno. Ya no es solo terminar en un deplorable estado físico y mental, sino que terminan completamente arruinados. Estas adicciones, además, transforman a la persona, que empieza a adoptar comportamientos agresivos y de ira.
- Estrés, ansiedad y depresión: Los daños en la salud mental son otro punto habitual dentro de las consecuencias de una guerra para un soldado. Es normal que comiencen a sentir que les cuesta respirar y un estado de inquietud perpetuo. Además, hay que sumar los dolores en el pecho y las dificultades para respirar, así como la tristeza y el deseo continuo de aislarse y no mantener relaciones sociales. Se niegan a vivir en un mundo en el que creen que ya no tienen cabida y eso llega a ser muy grave. Hay soldados que, ante todo lo que vivieron y lo que padecen en la actualidad, terminan optando por el suicidio.
¡La guerra es muy dura!