Los papas de la familia Borgia: escándalo, poder y… ¿veneno?

papas de la familia Borgia

Mucho se está hablando en los últimos días de la figura del papa a raíz del fallecimiento del papa Francisco. Pero cuando hablamos de historia del papado, hay nombres que generan respeto, otros admiración y luego están… los papas de la familia Borgia. Sí, esos. Los que transformaron el Vaticano en algo más parecido a una corte renacentista repleta de intrigas, pasiones y puñales bajo la sotana que a un tranquilo refugio espiritual.

Desde Valencia, España, los Borgia se abrieron camino hasta la mismísima silla de San Pedro. ¿Cómo? Con inteligencia, alianzas estratégicas, y —según cuentan las malas lenguas— una pizca de veneno, muchos favores y cero escrúpulos.

Quizá no fueron los papas con más poder, pero sin lugar a dudas que sí han sido algunos de los que más se ha hablado y más ficción se ha creado alrededor de sus figuras. 

¿Quiénes fueron los papas de la familia Borgia?

Primero está Alfonso de Borja, conocido como Calixto III, un hombre que llegó al papado en 1455. Aunque algo más discreto que su famoso sobrino, este papa ya marcó la pauta: el apellido Borgia entraba con fuerza en Roma. Pero el verdadero huracán vendría después con Rodrigo Borgia, el infame Alejandro VI.

Rodrigo no fue solo papa, fue un maestro del poder. Intrigas políticas, corrupción, nepotismo, banquetes con bailarinas… nada estaba fuera del menú. Como sumo pontífice, convirtió el papado en un juego de tronos a lo italiano. ¿Moral? La justa. ¿Ambición? Desbordada.

Nombró cardenales a varios familiares, entre ellos a su hijo César Borgia, un tipo tan carismático como letal, que inspiraría incluso a Maquiavelo. Y si te estás preguntando si un papa podía tener hijos… oficialmente no, pero Alejandro VI se saltó esa regla con estilo. Y repetidas veces.

Para cerrar la lista, no podemos olvidarnos de Inocencio X, nacido como Giovanni Battista Pamphili, tataranieto de Juan Borgia y descendiente directo del papa Alejandro VI pese a que su apellido no era ni Borja ni Borgia. 

¿Y el Vaticano? Bueno, sobrevivió. Apenas

Durante el reinado de los papas de la familia Borgia, el Vaticano fue testigo de asesinatos sospechosos, desapariciones misteriosas y negociaciones más dignas de una serie de Netflix que de una encíclica. El papa Alejandro VI tenía tantos enemigos como amantes, y su muerte —aunque oficialmente natural— todavía hoy despierta cejas arqueadas y teorías varias.

Pero más allá del escándalo, los Borgia también supieron jugar el juego político como pocos. Consolidaron el poder de la Iglesia, dominaron Italia por un rato y dejaron una huella imborrable en la historia del papado (para mal). 

¿Leyenda negra o verdad incómoda?

¿Fueron realmente tan corruptos como se dice o solo víctimas de la propaganda enemiga? La historia, como siempre, está escrita por los que sobrevivieron… y los Borgia dejaron demasiados enemigos vivos con pluma en mano.

Una cosa es segura: los papas de la familia Borgia transformaron el papado en algo que el mundo nunca olvidará. Y si el infierno existe, probablemente esté decorado al estilo renacentista, con un reservado especial para ellos.

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