Desde sus inicios, aquí en Campania, el debate sobre la identidad del PD, lejos de practicar nuevas formas de reformismo y progresismo democrático, ha agudizado la relación entre partido y gobierno local. Un debate, al fin y al cabo, interno, dado que hasta hace unos años gobernábamos el Municipio, la Provincia y la Región al mismo tiempo.
Y me temo que alguien dentro del PD quiera perpetuar este esquema, incluso ahora que estamos o deberíamos estar en contra de Caldoro y Cesaro, y que no compartimos el gobierno de la ciudad con De Magistris. Como si el PD local fuera incapaz de mirarse a sí mismo para presentarse como una clase dominante renovada en Nápoles y Campania, y la única actividad ociosa fuera mirar en un espejo roto que refleja una imagen distorsionada.
Por otro lado, esto es lo que nuestros electores y nuestros miembros han estado pidiendo desesperadamente durante años: estar en uno mismo, y nada más que en uno mismo. Ser creíbles y coherentes más allá del gobierno local, las mayorías históricas o variables, los líos que alguien quiere ennoblecer como si fueran prodrómicos a la Gran Coalición. Sin ofender a nadie, aquí de Mario Monti no se ve ninguno por ahí.
Por ello, la próxima conferencia programática y el próximo congreso del PD son un punto de inflexión para el partido napolitano, y este es el objetivo de la reconstrucción de un nuevo grupo de dirección en el que Andrea Orlando está trabajando con gran entusiasmo y con algunas dificultades. . Porque antes de preguntarnos si estamos en la oposición de Caldoro y sobre todo con de Magistirs (un tema que nuestros votantes ya han resuelto hace algún tiempo, en verdad) debemos explicar qué somos, qué queremos para Campania y Nápoles y cómo queremos. alcanzarlo. Y esta es la única forma en que el PD dejará de ser un coro polifónico y hablará con una sola voz armónica.
Porque al final, esto no es Vietnam, es bolos, ¡hay reglas! Aquí, estamos seguros de que pronto esta cotización también se aplicará a PD Napoles.
